Siempre me he considerado una persona bastante creativa, y a la hora de ponerme a decidir qué iba a estudiar no fue nada diferente. En 2007, tras haber realizado el bachillerato de artes, decidí estudiar un módulo superior de diseño de joyería en la Escuela de Arte Mariano Timón en Palencia. Donde me enseñarían las técnicas de taller de joyería, a la par que diferentes técnicas con otros materiales. Una vez terminada esta etapa, se me presentó la oportunidad de seguir estudiando, pero esta vez en el Reino Unido, y en su lugar, una carrera universitaria. Hoy os cuento quién es Chloe herrero y de dónde sale la perfecta imperfección.

Los estudios artísticos que empezaron a motivarme de verdad

Mi primera parada fue en Rochester en la University for the Creative Arts. Esta universidad, contiene un grado específico de tres años de Goldsmithing, Silversmithing and Jewellery o en otras palabras, joyería y orfebrería.

Ya no solo realizábamos proyectos de joyas, que, en ocasiones, incluían colaboraciones con empresas de joyería real. Si no que, se aumentaba un poco el tamaño de las creaciones, realizando piezas como bowls, utensilios y objetos de decoración, siempre trabajados en metales. Aunque también nos enseñaron a experimentar con diversos materiales y mezclar todo tipo de técnicas. Algunas más tradicionales de la orfebrería y otras más modernas y tecnológicas.

Tuve la suerte durante mis estudios en la universidad de poder empezar a trabajar en la Goldsmiths’ Company, empresa británica por excelencia en cuanto a las joyas se refiere. Trabajé en diferentes ámbitos de la empresa, lo que supuso para mi un conocimiento completo del funcionamiento de la misma. Podía colaborar desde la organización de eventos y concursos, hasta como trabajando en su departamento de análisis de joyas.

El empujón que necesitaba para lanzar mi marca de joyas

Lo primero que debo aclarar, es que para vender joyas en Reino Unido, éstas han de pasar unos análisis para certificar sus materiales y autenticidad. Pues esta era una de mis labores, dándome la oportunidad de ver autenticas obras de arte hechas joyas. Gracias a esto, decido lanzar mi marca de joyas, acudiendo a diferente ferias de artesanía por todo el país y llegando a vender mis creaciones en diferente tiendas y galerías de Londres, Cambridge y por todo el Reino Unido.

En 2017 decido volver a España y intentar poner en practica todo lo aprendido y poder hacer lo que más me gusta en mi hogar, en mi país natal y al fin y al cabo en el país que me ha visto crecer.

El significado de mis joyas: perfecta imperfección

Mucha gente me pregunta que qué representan mis joyas, me gusta esperar y que ellos me digan lo que cree que son, o representan para ellos. Mucha gente dice que les recuerda a la luna, a planetas, a la tierra y la naturaleza. Después de oírles siempre digo que si, que se parece, y que en verdad puede representar lo que cada uno vea en ellas. Así las hacéis vuestras, como yo las hago mías cada vez que las creo. Son algo con lo que me siento identificada y que me han ayudado a conocerme y a aceptarme tal y como soy. Una joya es de quien la lleva, y no lo que hay en ella antes de crearla.

La idea inicial nació en la universidad mientras preparaba mi Proyecto Fin de Carrera. Sabía que quería hacer algo abstracto, nunca me gustó demasiado el arte figurativo. Necesitaba hacer algo con significado detrás, algo que invite a pensar, que fuese algo más que una simple joya.

Empezó como algo orgánico, formas con inspiración en la naturaleza, pero poco a poco se fue convirtiendo en algo más que las formas, y empecé a pensar en lo que la naturaleza nos enseña. Como seres humanos siempre queremos crear por encima de ella, con nuestras formas perfectas y líneas rectas, pero ella siempre avanza, con su caos y sus fuerzas y acaba mandando sobre nosotros.

La naturaleza nos habla de la imperfección

Nos habla pero nunca la escuchamos, nos dice que la belleza está en lo imperfecto, en dejar las cosas seguir su curso natural sin intentar cambiarlas, el orden dentro del caos. Y así, demasiado resumido, surgió la paradoja: la perfecta imperfección.

Con esto en mente, tomé el círculo como la forma más perfecta como inspiración. Y lo del circulo no lo digo yo, que ya lo dijeron los griegos, expertos en arte y en el arte de pensar. Mi siguiente pregunta fue, ¿Cómo será más bello el círculo, siendo perfecto o imperfecto?

Comencé una serie de experimentos con el metal, collages en metal y lo que con el tiempo he llamado mis conversaciones con el metal, ya que mis creaciones poco tienen de diseños en papel, y todo ocurre en mi mesa de trabajo.

Y así, extremadamente resumido, somos yo y mis creaciones… ¿imperfectas? Puede ser, pero nos sentimos más perfectas que nunca. Y hacemos de la imperfección, genuina de quién la posee.