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Hoy en día vemos normal salir de casa con joyas o accesorios, raro es la persona que no porta al menos una como complemento de moda. Ya sean unos pendientes, un anillo, una pulsera o un reloj, a casi todos nos gusta utilizar las joyas para mejorar nuestra imagen. Pero esto no siempre ha sido así, hoy desde Chloe Herrero queremos contarte cuándo y cómo fueron los orígenes de la joyería.
Antes de convertirse en una prenda más de nuestro día a día, no era muy común utilizar las joyas tal cuál lo hace actualmente la sociedad. Te contamos los orígenes de la joyería.
Tenemos que remontarnos al paleolítico para encontrar el origen de las primeras joyas. Más concretamente fue en la Edad de Piedra cuando los seres humanos comenzaron a utilizar algunos minerales como elementos de decoración, sobre todo de sus armas o como talismanes. Las caracolas, dientes o huesos perdieron importancia como amuletos en detrimento de los minerales.
En la Edad de Bronce los seres humanos descubrieron los metales y su tratamiento. Esto supuso un cambio muy importante tanto para la sociedad en general, como para la evolución de la joyería en particular. Fue a partir de este momento cuando empezaron a surgir las primeras joyas y alhajas metálicas. Nació la orfebrería, y se comenzaron a utilizar algunas técnicas como el granulado, el repujado o la filigrana.
En esta época ya estaba normalizado, sobre todo entre la población con más recursos, portar joyas. No era raro ver a las personas portar elementos como brazaletes, pendientes, collares, anillos, sellos o sortijas.
Sin duda, los avances científicos y tecnológicos que estamos viviendo en la actualidad, están influyendo sobremanera en la joyería y su evolución. Hoy en día existen miles de tipos de joyas diferentes, cada una con un diseño exclusivo y con unos materiales diferentes. La tecnología ha llegado para quedarse, y está permitiendo hacer diseños que anteriormente parecían imposibles, gracias a las máquinas y herramientas utilizadas en la actualidad en el sector joyero.
Las joyas fueron usadas en la mayoría de civilizaciones, pero en algunas de ellas estos elementos cobraron especial importancia.
En Mesopotamia, existieron civilizaciones anteriores al nacimiento de Cristo que desarrollaron joyas muy avanzadas para aquella época. El oro y la plata eran algunos de los elementos que utilizaban para la realización de estas joyas, utilizando técnicas como el granulado o la filigrana.
Un ejemplo de ello es el tesoro de Nimrod, un tesoro perteneciente a la realeza asiria, con más de 3.000 años de antigüedad y más de 170.000 piezas de oro y plata.
Cómo reflejan las películas sobre esta civilización, los egipcios estaban completamente locos por el oro. Los faraones contaban con joyas y tesoros muy valoradas en la época actual, por sus espectaculares diseños. Además del oro, se utilizaban minerales como las amatistas, las cornalinas, el ónix, el lapislázuli, la turquesa o el cuarzo. La plata también tenía su importancia para los Egipcios, y es que este material era más escaso que el oro, y por ello más valorado.
Esta civilización ha influido especialmente en nuestra cultura actual. Convirtieron artículos cotidianos en joyas, fabricando elementos como peines, agujas, broches, pendientes o anillos. El marfil, el bronce o la cerámica o la porcelana eran algunos de los elementos más utilizados para la elaboración de estas joyas. Además de la plata y el oro, el bronce tenía muchísima importancia en esta sociedad. La joyería estaba extendida en todas las clases sociales, aunque dependiendo de si se pertenecía a una clase social u otra, las joyas que se portaban estaban fabricadas con unos materiales u otros.